13 nov 2008

LECTURA

El noviazgo Pinky y Cerebro

Con tal de quedar bien por que está enamorado o enamorada, a todo le dice que sí, aunque vaya en contra de sus ideales, valores, normas o sueños.

¿Has visto a un novio lavando los platos en sus pri­meros días de noviazgo para quedar bien con la novia y con la suegra?, ¿Has visto a una novia cambiándose de ropa porque él no está de acuerdo en su vestimen­ta?, ¿Has visto a un esposo gastando todo el dinero en accesorios para el auto, y a su esposa diciéndole: no importa mi amor, luego conseguimos el dinero para la comida? ¿Has visto a una novia que antes tenía mu­chos amigos pero ahora no habla con nadie porque su novio se enoja?

Son sin duda, muchos Pinkys controlados por cabe­zones Cerebros.

Cerebro es muy egoísta, su única motivación es con­quistar el mundo, no le importa nada más. Incluso no le importa Pinky, sólo lo utiliza porque necesita acepta­ción de alguien. Se aprovecha del pobre Pinky.

En realidad Pinky es muy tonto, es el único que hace caso a las locuras de su cabezón amigo. Es el único que le escucha. El único que cree en él.

Cerebro tiene una causa definida: ¡Conquistar el mun­do! Pinky tiene una causa definida: ¡Complacer en todo a Cerebro para que él logre conquistar el mundo!. ¿Ven el problema? ¿Pueden ver la crueldad?

Este famoso Pinky no tiene sueños, todo le parece bien. Se ha adaptado a su realidad. Depende absoluta­mente de un guía loco, de un cabezón que le diga que hacer. Carece de criterio.

O el caso de muchachas que cambian de religión, de zapatos, de manera de hablar o vestir por causa de su amor. Estudian o dejan de hacerlo por causa de su amor. Viven o dejan de hacerlo por causa de su amor. ¿Qué pasará el día en que su pareja les diga: Ya no po­demos estar juntos?

Hay una gran diferencia en complacer por amor o por intimidación o manipulación. El que complace por amor es inteligente, es sabio. El que complace por intimidación o manipulación es candidato a ser uno más del gran equipo de los Pinkys.

Los Cerebros son inteligentes, calculadores, piensan sólo en sí mismos. En sus metas y logros, en sus sueños. Si están tristes todo lo demás no sirve, si están contentos todos deben celebrar.

Solo necesitan un poco de enfoque, de alguien que les diga que deben aterrizar (aterrizar: dícese de un avión que llega a un aeropuerto y aterriza). Con esto me refiero que necesitan de un alguien que les pon­ga los pies sobre la tierra, aunque se enojen. Que les diga que su egoísmo ha logrado que a la par tengan un zombi, un ser humano con muy poco de humano y nada de ser. Que sus actitudes de conquistas persona­les no deben destruir a los seres que les aman. Al fin y al cabo esos seres que les aman son los únicos que creen en ellos y darían lo que fuera por ellos.


El problema es que una vez que los Pinkys des­piertan de su hipnotismo descubren que no han hecho otra cosa más que perder el tiempo con al­guien que nunca les valoró, sólo les utilizó. Y ese será el momento de perder a su único seguidor, el fiel y gran amigo Pinky
.

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